26.7.09

Hecho en Buenos Aires: nueve años saliendo a/de la calle.-


“Periodismo, arte y cultura para el cambio social”. Así define Patricia Merkin a la revista que dirige, que este mes cumple nueve años y que emplea actualmente a 180 personas en situación de calle que venden los ejemplares. “Los vendedores son la cara visible, la historia y la biografía de una realidad social que en los medios se refleja sólo en porcentajes”, define Merkin. Y el Bin Laden que vende la Hecho en los bares de Palermo asegura que “siempre hay alguno que no quiere ni saber de la revista porque piensa que es comunista”.


Por Nahuel Lag
Fotografía de prensa de Hecho en Buenos Aires

Buenos Aires, julio 26 (Agencia NAN-2009).- Lo Hecho en Buenos Aires, hecho está hace 9 años, cuando la revista salió a las calles porteñas para no quedarse en el revistero de los puestos azules sino para caminarlas en mano de aquellos que en ellas viven y que en ellas desean ganarse el mango para dejar de verlas como un colchón de kilómetros de extensión. Por estos días son 20 mil los ejemplares de la Hecho en Buenos Aires que cada mes invaden las veredas de la capital del país para “dar voz, mostrar realidades sociales desde una óptica diferente y aportar a un debate que busque el mejoramiento de las condiciones de vida de los excluidos”, además de sustentar programas para que sea una realidad. En los últimos tiempos, la vieja casona, a pasos del ostentoso Puerto Madero, que funciona como sede de HBA se comenzó a vestir con los trabajos artísticos de los vendedores ampliando la labor periodística hasta una de “periodismo, arte y cultura para el cambio social”.

Un año antes de que la crisis económica, política y social de 2001 desnudara todos los agujeros del sistema, la revista salió a “tomar las calles con los vendedores”, resaltó la editora y directora de la revista, Patricia Merkin, en diálogo con Agencia NAN. Por estas horas, son 180 las personas que encuentran en la revista una salida laboral y 2500 las que lo hicieron desde aquel primer número que jugaba con el supuesto básico subyacente “Andá a laburar”.

“Trabajamos con la convicción de derrumbar las falsas ideas que dicen que la gente no labura porque no quiere, conceptos que culpan al pobre por su pobreza cuando en realidad es un error del sistema”, explicó Merkin sobre una de las razones de ser del proyecto editorial. Paradójicamente, el modelo de la iniciativa surge de una edición londinense que lleva casi dos décadas y desde donde se impulsa la Red Internacional de las Revistas de la Calle.

Los elementos de la ecuación: un equipo de coordinación del proyecto, periodistas profesionales que producen notas sobre problemáticas sociales, movidas culturales y reconocidos artistas; y los vendedores, personas en situación de calle que se acercan a acreditarse para poder retirar sus primeras diez revistas, de las que obtendrán un 70 por ciento del valor que figura en tapa por cada ejemplar vendido, para comenzar a hacer girar la rueda. Con ese mecanismo, las revistas de la calle surgieron como una alternativa de ayuda social en todo el país: Al Margen, en Bariloche, Río Negro; Barriletes, en Paraná, Entre Ríos; La Pulseada, en La Plata, Buenos Aires.

- ¿Se puede relacionar el surgimiento de las revistas de la calle con el de los medios de información alternativa?
- Somos parte de un movimiento mundial que intenta multiplicar las voces y no reducirlas, en un contexto en el que se busca concentrar la información y donde los grandes medios son un instrumento de incidencia social al que el poder político no le teme, sino que negocia. Por eso, el surgimiento de plataformas alternativas que ven en la comunicación un elemento transformador. Pero como medio gráfico no podemos compararnos con el trabajo de los medios alternativos, porque nuestro trabajo apunta a influir directamente a un cambio de paradigma en las relaciones sociales, económicas y culturales. No podemos separar la revista como medio, de la revista como oportunidad laboral para las personas excluidas. Más que a criticar salimos a proponer, innovar, en una realidad minada de exclusión.

- ¿Y cómo se organiza un medio gráfico pensando en los vendedores?
- La revista no existe sin los vendedores porque sin ellos no existe el proyecto. No es que primero se hace la revista y después se va a buscar a gente sin trabajo o en situación de calle para que sean vendedores. No podés organizar el medio sin organizar la situación de los vendedores. Trabajar con gente que el sistema abandonó a su suerte, gente que no consiguió trabajo en años o que nunca pudo trabajar lleva mucho tiempo.

Es por eso que “el boliche siempre está abierto. El vendedor siempre tiene que tener acceso a una revista”, indicó Merkin sobre el funcionamiento de la sede-redacción de HBA, en la que además los vendedores tienen acceso a una consultoría jurídica, a través de la cual 500 personas consiguieron tramitar su DNI y acceder a programas sociales; y asesoramiento social que les permite acceder a terapias de apoyo, servicios médicos y talleres de oficio.

- ¿Lo consideran un modelo exitoso?
- No podemos hablar de un éxito del proyecto porque está basado en una grieta del sistema, tal vez la falla más importante, que es la de generar pobreza y exclusión, quizá lo que mejor sabe hacer. Pero sí creemos que en estos nueve años pudimos contribuir al cambio social y eso nos deja tranquilos por haber cumplido parte de nuestros objetivos.

- Y esa constante relación entre medio y vendedores ¿cómo se refleja en lo que se publica?
- La revista no tiene condicionamientos, nunca los tuvo y nunca los tendrá. Publicamos lo que nos resulta importante, pensando en que trabajamos con personas excluidas del sistema. Los vendedores son nuestro emprendimiento, son la cara visible, la historia, la biografía de una realidad social que en los medios se refleja sólo en porcentajes.

Es que HBA tiene dos tapas en cada edición: una la ocuparon artistas como Charly García, Luis Alberto Spinnetta, Gustavo Cordera o Diego Capusotto --que reaparece en la revista en la edición aniversario de este mes-- y la otra saca a la luz la explotación a manos extranjeras de los recursos naturales, los desalojos, el déficit habitacional o la crisis en el sistema de salud. Además, son los propios vendedores los que en la sección Prensa del Asfalto cuentan sus historias de esperanzas e injusticias o expresan sus opiniones.

Aprovechando que en el 61 de San Juan, el boliche siempre está abierto, César llegó con su mochila lista para cargar revistas, su extensa y copiosa barba blanca (la que le hizo ganar el apodo de Bin Laden por parte de sus colegas) y las zapatillas cansadas de ocho años de recorrer la ciudad, pero alertas para andar otra noche por los bares de Palermo. “De noche la gente está más relajada y mientras come algo se presta a escuchar lo que uno tiene para ofrecerle. Aunque siempre hay alguno que no quiere ni saber de la revista porque dice que es comunista. ¿La leíste?, les preguntó yo. Hay gente que se cree que sabe mucho, pero…Lo digo porque estoy todo el día caminando y hablando con la gente. A veces, aprendo de ellos y otras veces ellos aprenden de mí. Es relativo”.

HBA no es sólo una propuesta periodística que los vendedores conocen al dedillo y salen a pregonar, sino que desde 2003 ArteHecho es la nueva pata del proyecto. Y en poco tiempo, las obras de los vendedores-artistas comenzaron a vestir la redacción de la revista y varias obras plásticas prometen que el espacio también será galería en el corto plazo. Exponer sus obras no será algo nuevo para los vendedores-artistas ya que en eso anduvieron en la Muestra Internacional de Obra de Personas en Situación de Calle, que ocurrió en Buenos Aires en mayo de 2005, y en las muestras de HBA de 2006 y 2007. Y así también lo hacen con dibujos y poesías en la sección Prensa del Asfalto.

- ¿Por qué eligieron el arte para continuar avanzando en el proyecto?
- La comunicación tiene otras expresiones por fuera de los medios y el arte está ligado a nuevas formas de comunicar a las que el periodismo también se comenzó a acercar. Con el surgimiento de las plataformas alternativas comenzaron a aparecer nuevas maneras de contribuir a la inclusión social. Así, desde el arte las personas que se acercan al proyecto pueden manejar nuevos formas de expresión y con la participación en muestras acercar nuevas miradas y nuevos enfoques al mundo del arte.

César participó del taller de ArteHecho y algunos de sus trabajos fueron publicados en la revista. Desde chico le atrajo la pintura pero la realidad económica de su familia no le permitió estudiar. Por eso cuando en su andar por la ciudad encuentra acrílicos, trozos de madera, espátulas, se dirige a una plaza y deja fluir su faceta de “artista solitario” pintando lo que le sale del alma. Finalizada la obra, se sienta frente a un cigarro y una copa de vino, contrae los labios formando un agujero y deja salir el aire con los problemas del día. Así consigue escaparse un ratito del mundo, hasta la próxima caminata en la que reparta ese pedacito de planeta que tienen en Hecho en Buenos Aires.


Contacto: info@hechoenbsas.com

* Por su edición aniversario, HBA lanzó un pack promocional de cinco ejemplares y una postal a 15 pesos, de los cuáles 10,50 son para los vendedores, que además expondrán sus fotografías a partir del 31 de julio en la sede de San Juan 61.




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