7.4.10

Semillas en mano, guerrilleros artísticos luchan por la cultura libre.-

Artistas, programadores y vecinos recorren las calles en bicicleta bombardeando canteros, baldíos y alcantarillas abandonadas con semillas de vegetales que consumen. Se trata de la “GuerrillaHuerta” realizada por Articultores, un movimiento artístico, pero sobre todo un proyecto social, una manera de pensar y de actuar que apunta a promover la libre cultura, el desarrollo sostenible y el libre tránsito por "la tierra, que es de todos", según compartió con Agencia NAN Judith Villamayor, la impulsora de la idea.


Por Nahuel Lag
Fotografía gentileza Articultores

Buenos Aires, abril 7 (Agencia NAN-2010).- Bombardeos, operativos, ataques. De eso se encarga la “GuerrilaHuerta”. Las bombas son de arcilla, tierra y semillas. Los ataques, a canteros, baldíos y alcantarillas abandonados y olvidados entre el tráfico y los edificios. Los operativos son realizados por artistas, programadores y vecinos que, en bicicletas, recorren las calles con el único objetivo de sembrar la ciudad de alimentos no tóxicos. Articultores es el proyecto social artístico detrás de la iniciativa que avanza uniendo voluntades de individuos y colectivos de acuerdo a un “estilo de vida”, con acciones que promuevan la libre cultura, compartiendo conocimientos a través del software libre; el desarrollo sostenible, retornando a los alimentos orgánicos; y el libre tránsito, entendiendo que la tierra es de todos y los inmigrantes son “invitados”. La red virtual y real tuvo su primera puntada en la propuesta de realizar una exposición, a la que se le sumaron los talleres de software libre y huerta, y las performances de las que se puede participar hasta el 30 de abril en el Centro Cultural de España en Buenos Aires (Cceba, Florida 943), y en la Galería Appetite (Chacabuco 551).

Articultores comenzó su fase de investigación y coordinación en la convocatoria a colectivos e individuos que trabajaran sobre las temáticas de software libre, alimentos orgánicos e inmigración en agosto. Las tres pautas del proyecto social se encuentran al “pensar en la acciones y las elecciones que uno realiza en su vida”, explicó Judith Villamayor en diálogo con Agencia NAN. “Una persona puede considerarse 'progre' por utilizar software libre o por consumir alimentos orgánicos, y discriminar a un paraguayo que se mudó cerca de su casa. Entonces, lo que no está entendiendo es que la tierra es una sola, que la alimentación es para todos. La propuesta es pensar cada plano de la vida con una coherencia”, sostuvo.

Ese es el espíritu del proyecto social que inició la artista de Bahía Blanca a partir de la propuesta del Cceba y que desde diciembre comenzó con los primeros talleres de software libre y huerta en la galería Appetite de San Telmo. Pero fue a principios de marzo que Articultores desembarcó en la sede del centro español, con una marcha de artistas vestidos con el papel metálico que se utiliza para aprovechar la luz en favor de las huertas y con pancartas de remolachas, tomates, zapallos y demás verduras.

Para Villamayor, el avance del proyecto social es su manera de hacer arte. “La exposición no es el fin. Sí lo es el proyecto social, que no es material sino que se concreta cuando dos o más persona comienzan a debatir y a tomar acciones por el desarrollo sostenible, la cultura libre y el libre tránsito. ¿Por qué lo considero arte? No me interesa pensarlo. Ya gasté neuronas en pensar por qué soy artista y qué pienso del arte. Lo demás son consecuencias. Después hay muchas opiniones que apuntan a qué cosa o no es arte, y personas que se dedican a estudiarla. Lo mío es una decisión personal de elegir un camino como artista, y entiendo que nadie más que yo me va a dar la validación de saber que soy artista. Lo que hago está en ese camino. Hay gente que pinta, que hace performances y que hace proyectos sociales. Es una manera más de manifestar lo que uno hace como artista", resumió la impulsora de Articultores.

Apenas cuatro meses tardó el proyecto social en dar su primer fruto, la llamada “GuerrillaHuerta”. La creación se generó de manera espontánea en el primer taller sobre huerta en Appetite. El encuentro consistía en compartir cómo generar una bola de arcilla y tierra que lleve dentro las semillas de los alimentos que consumidos (invento del agricultor japonés Masanobu Fukuoka para participar en la producción con la menor intervención posible del hombre en la naturaleza). Terminado el taller, pasaron quince minutos para que los presentes acuerden que “había que tirarlas”, y cuatro días para los primeros ataques. Desde entonces, los articultores empezaron a registrar lugares para llevarlos a cabo, desde un baldío hasta la canaleta de un puesto de diario. Luego, cada bombardeo fue señalado en un GoogleMap que no para de recibir marcas.

En cuatro meses, la “guerrilla” viajó desde San Telmo a Remedios de Escalada, La Plata, Bahía Blanca, Pergamino, Rosario, Córdoba y Río de Janeiro, entre tantos otros espacios. “En cinco minutos tirás las semillas y quedás en un estado de ansiedad inmenso. El activismo produce adicción y, saber que con muy poco esfuerzo podés cambiar el medio ambiente en el que vivís, te lleva a hacer más”, reseñó el fenómeno Villamayor. Además de cambiar el paisaje de la ciudad, las huertas generan la incógnita respecto de quién las va a cosechar, pero también desafía a la concepción de la propiedad privada que adquiere lo que uno produce, sea una verdura o un software.

Sin embargo, a partir de los talleres de software y hardware, los grupos que se acercaron a Articultores (Re:farm the city es uno de ellos) comenzaron a crear sistemas de acompañamiento, para los huertos que se expanden por las ciudades, y de control por goteo, con placas, tubos y botellas que se pueden ver en el Cceba. No obstante, según confiesan los programadores, “no hay nada mejor que salir con las semillas a la calle y esperar que llueva”.

El sentido de compartir acuñado desde el software libre se traduce en el acceso a los conocimientos de los contenidos que brinda cada taller que se realiza desde el Cceba o la Appetite, que son transmitidos a través de la web de Articultores. El compartir también estará presente en el Festival de Performance Tejiendo una Red Real y Virtual Sostenida por la Acción, que comienza hoy en Appetite. Con la coordinación del grupo Zonadeartenacción, todos los días un artista realizará una performance con redes de material biodegradable para la posterior germinación de semillas. Por ejemplo, el viernes 23, la performance será virtual, con los artistas Rosen Murúa desde Santiago de Chile y Jorge Restrepo desde Colombia.

Cuando la muestra llegue a su fin, el crecimiento de la planta Articultores ya no podrá podarse y el futuro estará en respaldar “cualquier brisa de activismo”, apuntó Villamayor. Talleres y reparto de bombas semillas en el Festival de Cine por los Derechos Humanos, visitas a las “GuerrillaHuertas” formadas en todo el país y un intercambio en ciudades de España, como Barcelona, San Sebastián o Lavapiés, donde Articultores tiene su otra raíz. “El lugar físico para las acciones no es importante. Tiene que quedar claro que no se necesita más que las ganas de una persona para hacer una acción. Articultores es un movimiento, una manera de pensar”, subrayó la artista.

Sitio: http://www.articultores.net/

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